jueves, 15 de marzo de 2012

Todo mi apoyo para las supermujeres que desean ser madres y les cuesta



Ella venía temerosa a la consulta. Catorce decepciones mensuales desde que decidió tener hijos. Siempre había querido ser madre. Después de un tiempo, entre el trabajo y la situación económica, había encontrado el momento perfecto para llevar su sueño a cabo. Pero los planes no seguían el rumbo previsto y sus ganas se transformaban en ansiedad.

Se derivo a una consulta de reproducción. Ella no entendía, a su alrededor todos tenían hijos sin problemas, como no podía dar fruto tanto amor!

Odiaba medicalizar esa situación de su vida.
Una cadenas de pruebas, comenzando por unos simples análisis para terminar con una histerosalpingografía.

Todas las pruebas normales, seguía sin comprender nada.

Pasó a la siguiente fase unas pastillas distintos días y relaciones sexuales los días concretados por el ginecólogo. Siempre había sido muy pasional pero tanta disciplina la impedía disfrutar. Las relaciones con su pareja se iban deteriorando.

Cada mes sus lágrimas empapaban el cuarto de baño al descubrir que el rojo había llegado.
En el trabajo no sabían nada y ella se refugiaba en él para no pensar.

El monotema le perseguía, era como una obsesión. Los recién nacidos se multiplicaban a su alrededor pero a ella no la llegaba. No se concentraba, sufría y se malhumoraba. Nadie le entendía.

Al no funcionar el coito dirigido pasaron a la inseminación artificial. Controles ecográficos, inyecciones hormonales, óvulos vaginales...hacia lo imposible por organizarse con su actividad laboral.

La segunda inseminación fallida le destrozo entera. Estaba agotada. Cerraba los ojos para intentar soñar un futuro hijo pero el miedo los abría. Era imposible, no podría ser madre, no tendría una familia, no tendría un parto, no le iría a buscar al colegio, no le contaría cuentos por la noche, no le haría cosquillas, no le enseñaría a leer, no le cuidaría cuando estuviese enfermo, no cantaría canciones infantiles en el coche...no...simplemente porque ese hijo soñado no existiría.

Cuando decidió no continuar con los tratamientos su pareja le envolvió de fuerzas y se hicieron la tercera inseminación.

Después de 9 meses tuvieron el hijo más guapo y querido de mundo.

Cada vez es más frecuente consultas sobre problemas de esterilidad o infertilidad. Son mujeres vulnerables, estresadas, preocupadas, desmotivadas, tristes y apesadumbradas.

Muchas veces aparecen en nuestras consultas a por bajas laborales o justificantes de reposo por tratamientos pesados. Han tenido que recurrir a seguros privados caros para poder someterse a terapias en un plazo eficaz. Vienen con mucho miedo, la sociedad no suele entender ese descanso.

Como médica de familia es mi obligación cuidar su salud y concretamente la mental, ya que suele estar deteriorada. Es una enfermedad con alto nivel de estrés y decepción constante. En la presentación del grupo de la Mujer de la SoMaMFyC en la jornada de Infertilidad el 21 de febrero habla de un elevada prevalencia de estrés y de trastornos psicopatológicos en parejas sometidas a tratamientos de fertilidad.

Incluyo el enlace de las presentaciones, muy interesantes.

Prevalencia y abordaje desde Atención Primaria de pacientes con deseo de gestación y/o con problemas reproductivos.

¿Cuándo derivar a pacientes con problemas de infertilidad a salud mental?

Necesidad de baja laboral durante el embarazo en mujeres con problemas de fertilidad.

Pido a la sociedad y a el personal sanitario comprensión y cariño a estas supermujeres que están sufriendo mucho para conseguir su sueño de ser madres.